Las ampollas en los pies son uno de los mayores enemigos de deportistas y caminantes. En apariencia inofensivas, estas pequeñas burbujas de líquido pueden convertirse en un auténtico calvario, reduciendo significativamente el rendimiento deportivo e incluso obligando a suspender la actividad.
Una ampolla puede convertir una carrera o una caminata larga en una experiencia dolorosa, limitar el rendimiento e incluso provocar lesiones más graves si no se tratan adecuadamente.
En este artículo te explicamos qué son las ampollas, por qué aparecen, cómo tratarlas de forma segura y qué hacer para prevenirlas.
¿Qué son exactamente las ampollas?
Una ampolla es una pequeña bolsa de líquido que se forma entre las capas de la piel como respuesta a una fricción o quemadura repetida. En el caso de los pies, este líquido -que suele ser suero- se acumula como un mecanismo de defensa para proteger las capas inferiores mientras la piel se regenera.
La combinación de sudor, presión y fricción es el caldo de cultivo idóneo para que aparezcan ampollas, especialmente si se repite durante horas sin interrupción.
Las ampollas por fricción aparecen cuando una zona concreta del pie sufre un rozamiento constante, generalmente durante actividades prolongadas como correr, caminar o hacer senderismo.
El calor generado por ese roce, junto con la humedad del sudor, debilita la epidermis y provoca la separación de sus capas.
¿Por qué se forman las ampollas en los pies?
La principal causa de las ampollas en los pies es la fricción continuada sobre una misma zona de la piel. Existen múltiples factores que aumentan el riesgo de sufrir ampollas durante la actividad física. Los más comunes son:
- Calcetines inadecuados, especialmente los de algodón o aquellos que se deslizan o arrugan dentro del calzado.
- Zapatillas o botas mal ajustadas, demasiado apretadas o con espacio excesivo.
- Humedad excesiva dentro del calzado, ya sea por sudor o por condiciones externas.
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Fricción repetida en puntos de presión como el talón, el arco plantar o los dedos.
Piel no adaptada a la carga, como en los primeros días de entrenamiento o durante las primeras etapas del Camino de Santiago.
La combinación de sudor, presión y fricción es el caldo de cultivo idóneo para que aparezcan ampollas, especialmente si se repite durante horas sin interrupción.
Zonas más comunes para la aparición de ampollas
Las ampollas no aparecen al azar; suelen formarse en zonas específicas del pie que soportan mayor presión o están más expuestas a la fricción:
- Talón: Especialmente en la parte posterior y lateral.
- Dedos: Tanto en las puntas como en los laterales, particularmente entre dedos adyacentes.
- Planta del pie: Principalmente bajo las cabezas metatarsianas (la "almohadilla" del pie).
- Arco plantar: Menos común, pero puede ocurrir especialmente en pies planos o con anomalías estructurales.
Cómo prevenir la aparición de ampollas
La prevención es siempre la mejor estrategia cuando hablamos de ampollas. Implementando algunas medidas simples pero efectivas, podemos reducir significativamente el riesgo:
Utilizar un calzado adecuado
Asegúrate de que el calzado se ajusta correctamente a tu pie. Si resulta demasiado ajustado o demasiado suelto el pie se moverá y se generará fricción. Debe haber aproximadamente un centímetro de espacio entre el dedo más largo y la punta de la zapatilla.
Otro consejo básico es realizar una adaptación progresiva a la actividad física que vayas a realizar. Nunca estrenes calzado en actividades largas o intensas. Úsalo primero en sesiones cortas para que se adapte a tu pie.
Es importante también invertir en calcetines sin costuras internas, ya que las costuras terminan generando roces en contacto con la piel.
Pero el principal consejo en lo que a calzado se refiere es que uses una zapatilla específica para la actividad que vayas a realizar. De la misma manera que no te pondrías un jersey de lana para nadar en una piscina en verano no utilices un calzado que no esté diseñado específicamente para tu actividad, ya sea running, trail, senderismo, etc.
Calcetines técnicos: la barrera más efectiva
Los calcetines son mucho más que una simple barrera entre el pie y el zapato, son una herramienta de prevención fundamental. Si vas a practicar deporte usa calcetines técnicos, no de algodón. Los calcetines de fibras sintéticas ayudan a evacuar el sudor manteniendo el pie fresco y seco. El algodón, por el contrario, retiene el sudor y favorece la aparición de ampollas.
Es importante también invertir en calcetines sin costuras internas, ya que las costuras terminan generando roces en contacto con la piel. Un pequeño pliegue en el calcetín puede generar una zona de roce constante. Los calcetines sin costuras o con diseño anatómico, como es el caso de Podoks, minimizan este riesgo.
Los calcetines biomecánicos Podoks previenen la aparición de ampollas gracias a:
- Tejido CoolMax®: Un material técnico que facilita la evacuación del sudor y mantiene el pie seco, reduciendo significativamente el riesgo de ampollas por humedad.
- Sistema de cosido abierto: Elimina las costuras tradicionalmente problemáticas que pueden causar rozaduras.
- Diseño ergonómico: Se adapta perfectamente a la anatomía del pie, evitando pliegues y arrugas que generan puntos de fricción.
- Separación del primer dedo (hallux): Un diseño único que mejora la estabilidad y reduce la fricción entre los dedos.
- Bandas de compresión estratégicas: Evitan que el calcetín se desplace dentro del calzado durante la actividad física.
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Almohadillado en zonas críticas: Talón y zona metatarsal cuentan con un refuerzo adicional que absorbe impactos y reduce la fricción.
Preparación de la piel
Es fundamental prestar atención a la humedad, ya que ésta junto con el calor son los principales factores de riesgo para la aparición de ampollas. Para mantener los pies secos algunos deportistas utilizan polvos de talco específicos.
También puedes encontrar en el mercado cremas hidratantes que ayuden a que la piel de tus pies tengan una hidratación adecuada, aunque te recomendamos que no las apliques justo antes de la actividad física, ya que elevarán el riesgo de humedad.
Y si llevas mucho tiempo sin hacer deporte es imprescindible que tus pies se expongan de manera gradual a la actividad. Para deportistas que entrenan regularmente la piel puede endurecerse progresivamente, haciéndose más resistente a la fricción. Pero si te has pasado los últimos 6 meses sin salir a caminar no te lances a hacer una ruta de senderismo de 15 kilómetros, ya que tu piel no estará habituada a ese grado de intensidad.
Técnicas de protección específica
Usa vaselina o cremas antifricción en zonas del pie donde percibas riesgo de aparición de ampollas. Esto es especialmente útil en carreras largas o pruebas por etapas, ya sea a pie o en bicicleta.
También pueden resultar útiles los apósitos preventivos, colocados estratégicamente antes de que aparezca la ampolla en zonas habituales de fricción. En casos específicos puedes acudir a tu podólogo para que te realice un vendaje funcional, aunque lo ideal es elegir un calcetín adecuado diseñado para minimizar la fricción.
Cómo tratar una ampolla de forma segura
A pesar de nuestros esfuerzos preventivos, a veces las ampollas aparecen. En estos casos, un tratamiento adecuado es fundamental para minimizar el dolor y acelerar la recuperación.
La forma de actuar ante una ampolla dependerá de su tamaño, localización y estado. Aquí te dejamos las pautas básicas recomendadas por especialistas en dermatología y medicina deportiva.
Si la ampolla no ha reventado
- No la pinches si no es absolutamente necesario.
- Limpia la zona con agua y jabón neutro.
- Aplica un apósito protector tipo Compeed o un vendaje hidrocoloide que evite la fricción y acelere la cicatrización.
- Evita continuar la actividad si notas dolor o tensión creciente en la zona afectada.
Si la ampolla es grande, muy dolorosa o interfiere seriamente con la actividad normal, puede ser necesario drenarla. En tal caso acude a un profesional de podología.
Si la ampolla se ha reventado
- Lava la zona cuidadosamente y no retires la piel levantada, ya que actúa como barrera natural.
- Aplica un antiséptico suave (como clorhexidina).
- Cubre la zona con una gasa estéril o un apósito especial para ampollas.
- Cambia el vendaje a diario y vigila si hay signos de infección (pus, enrojecimiento o calor excesivo).
Importante: En determinados casos, las ampollas requieren atención médica: cuando aparecen sin causa aparente, si son recurrentes en el mismo lugar, si se infectan, o si la persona tiene condiciones como diabetes o problemas circulatorios.
Conclusión: las ampollas no son inevitables
Las ampollas en los pies, aunque aparentemente triviales, pueden tener un impacto significativo en nuestra calidad de vida, especialmente si practicamos deporte con regularidad. La buena noticia es que, con las estrategias de prevención adecuadas, podemos reducir drásticamente su incidencia.
Evitar las ampollas no es cuestión de suerte. Es cuestión de conocimiento, preparación y equipamiento adecuado. Si corres o caminas con frecuencia, cuidar tus pies debe ser parte central de tu rutina.
Y en ese cuidado, elegir los calcetines adecuados es tan importante como la elección del calzado. Los Podoks te ofrecen una protección activa, diseñada para evitar rozaduras, fricción y sobrecargas. Porque prevenir una ampolla es siempre mejor que tratarla.
Preguntas frecuentes sobre ampollas en los pies
¿Es bueno pinchar las ampollas?
No se recomienda pincharlas si no han reventado por sí solas y no generan dolor intenso. Pincharlas mal puede abrir la puerta a infecciones. Solo en caso de que sea muy molesta o esté bajo una zona de carga (como el talón) es razonable hacerlo, siempre con material estéril y desinfección posterior.
¿Es mejor taparlas o dejarlas al aire?
Depende del estado. Si vas a seguir caminando o corriendo, es mejor taparlas con apósitos especiales para evitar que se abran. Si estás en reposo y en un entorno limpio, puedes dejar que se aireen unas horas para favorecer la cicatrización.
¿Qué puedo ponerme para prevenirlas si ya he tenido antes?
Además de usar calcetines técnicos como los Podoks, puedes aplicar vaselina en zonas de fricción, reforzar con apósitos preventivos (como Compeed® en el talón) y asegurarte de que el calzado esté bien ajustado.
¿Son útiles los polvos antifricción o antitranspirantes?
Pueden ser útiles en ciertas condiciones de calor extremo o alta humedad. Pero no sustituyen una buena elección de calcetines y calzado. De hecho, algunos antitranspirantes mal aplicados pueden resecar la piel y hacerla más propensa a la rotura.
¿Cuánto tiempo tarda en curarse una ampolla?
El tiempo de curación varía según varios factores. Las ampollas pequeñas e inyectar tardan de media entre 3 y 7 días. Las ampollas grandes o rotas tardan de media entre 4 y 14 días en curarse. Las ampollas infectadas pueden requerir semanas y tratamiento médico específico.
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1 comentario
Mari jose Rodríguez
Yo probare los calcetines, pero no lo sé,a mi todos los veranos me salen ampollas con el calor,y no hago caminatas de kilómetros, me quito las zapatillas y tengo los pies ardiendo, tenía que haber algo qué me los enfriara.. Un saludo
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