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Cómo preparar tus pies para el verano: sandalias y cuidados

Cómo preparar tus pies para el verano: sandalias y cuidados

Con la llegada del verano, nuestros pies se convierten en los grandes protagonistas. Después de meses protegidos en calcetines y zapatos cerrados, es hora de liberarlos y prepararlos para la temporada más exigente del año. Sandalias, chanclas, paseos por la playa y largas caminatas al aire libre suponen nuevos desafíos para la salud podológica que requieren una preparación específica.

La transición del calzado cerrado al abierto no es solo una cuestión estética. Los cambios en el tipo de calzado, la exposición solar directa y el aumento de la actividad física pueden desencadenar problemas como la fascitis plantar, infecciones fúngicas o lesiones cutáneas si no tomamos las precauciones adecuadas.

La importancia de elegir el calzado de verano adecuado

La elección del calzado durante los meses estivales va mucho más allá de consideraciones estéticas o de comodidad básica. Se trata de una decisión que puede determinar la salud de tus pies durante toda la temporada y, en muchos casos, influir en el desarrollo de problemas a largo plazo. 

El calzado de verano debe cumplir con criterios biomecánicos específicos mientras se adapta a las condiciones particulares de la época: mayor actividad física, exposición a diferentes superficies y temperaturas elevadas.

Problemas del calzado inadecuado en verano

Estudios científicos demuestran que el 83.2% de las personas con fascitis plantar usan calzado inadecuado, y quienes utilizan zapatos inapropiados experimentan dolor en el talón más severo que limita sus actividades diarias. En verano, este problema se agrava porque tendemos a elegir calzado más abierto pero con menos soporte.

Las sandalias y chanclas populares en verano pueden causar dolor a corto plazo y problemas podológicos a largo plazo, como la fascitis plantar, cuando carecen de soporte para el arco, el talón y el tobillo. La falta de sujeción obliga a los músculos intrínsecos del pie a trabajar en exceso para mantener la estabilidad.

Características del calzado de verano saludable

Para proteger tus pies durante el verano, busca sandalias que cumplan estos criterios científicamente respaldados:

Soporte del arco plantar: Los podólogos recomiendan sandalias con soporte del arco incorporado, amortiguación en el antepié y un recogido en el talón para una presión excesiva, ya que si no la grasa plantar se expande y no cumple su efecto de almohadilla. Este soporte es fundamental para distribuir correctamente el peso corporal y reducir la tensión sobre la fascia plantar.

Altura del talón moderada: Más que la altura total del talón, lo importante es el drop, que es la diferencia de altura entre el talón y la puntera del calzado. Un drop de entre 10 y 16 mm ayuda a reducir la tensión sobre el tendón de Aquiles y la fascia plantar. Este drop debe estar integrado en una suela de entre 2 y 4 centímetros de grosor para ofrecer una buena amortiguación sin comprometer la estabilidad.

Materiales de calidad: Elige zapatos fabricados con materiales naturales, especialmente cuero, que es particularmente útil para evitar ampollas e irritaciones. Los materiales sintéticos de baja calidad pueden causar rozaduras y acumular humedad.

Copa del talón profunda: Una copa del talón profunda y estable es ideal para la fascitis plantar, ya que ayuda a mantener la alineación correcta del pie, evita que se deslice lateralmente y distribuye el peso corporal de manera uniforme.

Las mejores opciones según la evidencia científica

Sandalias deportivas: Las sandalias deportivas que ofrecen copas del talón moldeadas y un antepié sustancial proporcionan mejor estabilidad y absorción de impactos que las chanclas o zuecos. Cualquier par con correas ajustables en el talón también ayuda a mantener la estabilidad en el tobillo.

Sandalias ortopédicas: Un estudio científico demostró que los participantes con fascitis plantar que usaron plantillas ortopédicas en sus zapatos y luego sandalias ortopédicas en casa encontraron mayor reducción del dolor comparado con aquellos que solo usaron plantillas ortopédicas.

Pies en la arena de la playa

Cuidados esenciales para la salud de tus pies en verano

El verano presenta desafíos únicos para la salud podológica que van más allá de la simple elección del calzado. La combinación de mayor actividad física, exposición solar directa, aumento de la sudoración y cambios en la rutina de cuidado requiere una estrategia integral que aborde todos estos aspectos.

Protección solar: más importante de lo que piensas

Uno de los aspectos más descuidados del cuidado podológico estival es la protección solar. El 90% de los cánceres de piel no melanoma están relacionados con la exposición a la radiación ultravioleta (UV), un riesgo que se amplifica durante los meses soleados de primavera y verano cuando pasamos más tiempo al aire libre.

Aplicación correcta del protector solar:

Los dermatólogos sugieren aplicar un protector solar con un FPS de al menos 30, que bloqueará el 97% de los peligrosos rayos UV del sol.

Aplica generosamente (aproximadamente un vaso de chupito lleno) cada dos horas en toda la piel expuesta, incluyendo las áreas que a menudo se olvidan como las orejas, el cuello, las manos, los pies y los labios.

Debes usar protector solar en todas las partes del cuerpo expuestas al sol, incluyendo esos puntos fáciles de olvidar: la parte superior de las orejas, la parte posterior del cuello, el cuero cabelludo (en la raya del cabello), la parte superior de los pies y detrás de las rodillas.

Prevención de infecciones fúngicas

El verano crea las condiciones perfectas para el desarrollo de infecciones fúngicas como el pie de atleta. Los hongos prosperan en ambientes cálidos y húmedos, condiciones que se dan frecuentemente durante los meses estivales cuando combinamos mayor actividad física, sudoración y el uso de calzado menos transpirable.

El pie de atleta es causado por hongos que crecen y se propagan en la piel cálida y húmeda. Es muy contagioso, por lo que es importante tomar medidas para prevenir que se forme en tu piel.

El 90% de los cánceres de piel no melanoma están relacionados con la exposición UV, incluyendo la zona de los pies.

Factores de riesgo en verano:

  • Mantener los pies húmedos durante largos períodos, ya sea por sudor o agua, puede aumentar el riesgo.
  • Los ambientes cálidos y húmedos como vestuarios y piscinas públicas donde caminas descalzo.
  • Usar calzado ajustado o no transpirable que atrapa la humedad alrededor de los pies.

Medidas preventivas específicas:

Mantén los pies limpios y secos. Lava tus pies diariamente con jabón y agua, luego sécalos completamente, especialmente entre los dedos. Mantén las uñas de los pies limpias y recortadas.

Usa zapatos impermeables o chanclas cuando camines en vestuarios, duchas públicas y áreas de piscinas públicas.

Alterna entre usar zapatos o zapatillas para prevenir la acumulación de humedad. Elige aquellos que estén bien ventilados con pequeños agujeros para mantener los pies secos.

Hidratación y cuidado de la piel

La exposición aumentada al sol, el viento y el contacto directo con diferentes superficies hace que la piel de los pies requiera cuidados específicos durante el verano. Los pies se beneficiarán de aplicaciones regulares de buen humectante durante todo el año, pero especialmente en verano donde están expuestos mucho más.

Usar chanclas y sandalias puede llevar a problemas como grietas en los talones, por lo que el humectante ayudará a mantener la elasticidad y resistencia de la piel.

Rutina de cuidado diario:

Exfoliación: Usa un exfoliante suave para pies o piedra pómez para eliminar células muertas de la piel y callosidades. Frota suavemente los talones, la planta de los pies y los dedos.

Limpieza: Después de la exfoliación, lava tus pies con agua tibia y jabón suave para eliminar cualquier resto de suciedad y sudor.

Hidratación: Aplica una crema hidratante específica para pies, prestando especial atención a las zonas propensas a la sequedad. Se recomiendan cremas entre un 10-20% de urea.

Pies en el agua del mar

La importancia de elegir los calcetines correctos en verano

Aunque el verano invita a liberar los pies del confinamiento de calcetines y zapatos cerrados, esto no significa que debamos prescindir completamente de los calcetines. De hecho, elegir el calcetín adecuado puede ser crucial para mantener la salud podológica durante los meses más calurosos del año.

El problema del algodón en verano:

El error más común es continuar usando calcetines de algodón durante la temporada estival, especialmente para hacer deporte. Aunque el algodón es un material natural y cómodo, presenta serios inconvenientes cuando aumenta la sudoración:

Retención de humedad: El algodón absorbe el sudor pero lo retiene, creando un ambiente húmedo ideal para el crecimiento de hongos y bacterias.

Pérdida de aislamiento: Una vez húmedo, el algodón pierde sus propiedades aislantes y puede provocar rozaduras.

Secado lento: Los calcetines de algodón tardan mucho en secarse, prolongando la exposición a la humedad.

Características de los calcetines ideales para verano

Los materiales modernos han revolucionado el mundo de los calcetines deportivos y de uso diario. Las fibras técnicas especializadas, como el tejido Coolmax con el que confeccionamos Podoks van un paso más allá:

Gestión de la humedad: Fibras que evacuan rápidamente el sudor de la piel hacia el exterior.

Propiedades antibacterianas: Materiales que inhiben el crecimiento de microorganismos.

Zonas de ventilación: Tejidos con diferentes densidades para optimizar la transpirabilidad.

Soporte biomecánico: Compresión graduada que mejora la circulación y reduce la fatiga.

Los calcetines biomecánicos Podoks: tecnología aplicada al cuidado del pie

En este contexto, los calcetines biomecánicos Podoks representan una evolución significativa en el cuidado podológico estival. Diseñados específicamente por podólogos, estos calcetines incorporan tecnología avanzada que los convierte en una herramienta preventiva y terapéutica:

Soporte de la fascia plantar: La compresión específica reduce la tensión sobre la fascia plantar, especialmente beneficiosa cuando transitamos del calzado cerrado a las sandalias.

Gestión de la humedad optimizada: Materiales técnicos que mantienen frescos y secos los pies incluso con el aumento de la actividad estival.

Reducción de la fatiga muscular: El soporte biomecánico permite disfrutar de largas jornadas de actividad sin la fatiga habitual.

Prevención de lesiones: Especialmente importantes cuando aumentamos la actividad física durante las vacaciones.

Los calcetines de algodón retienen humedad creando un ambiente ideal para el crecimiento de hongos y bacterias.

Cuándo usar calcetines en verano

En casa: Continúa usando calcetines en casa para proteger tus pies de daños y mantenerlos limpios y suaves.

Para hacer deporte: Fundamental para prevenir ampollas, rozaduras y mantener los pies secos.

Con calzado cerrado: Cuando uses zapatillas deportivas o zapatos de trabajo.

En viajes largos: Para prevenir la hinchazón y mejorar la circulación durante vuelos o trayectos largos.

La clave está en elegir el calcetín adecuado para cada situación, priorizando materiales técnicos que aporten beneficios específicos sobre el algodón tradicional.

Preparación física de tus pies

Es especialmente importante ser proactivo sobre el dolor de pies si has tenido una condición particular del pie en el pasado o un factor de riesgo como obesidad, diabetes o enfermedad tiroidea.

Fortalecimiento muscular

Una nueva tendencia en el tratamiento del pie fortalece los pequeños músculos en el "núcleo del pie". Solo usar zapatos de apoyo no hará que el dolor desaparezca. Un fisioterapeuta entrenado en fortalecimiento del núcleo del pie puede ayudarte a aprender a activar los músculos en los pies, lo que ayudará a aliviar la tensión en los ligamentos.

Transición gradual

Si quieres usar sandalias con menos soporte que tus zapatos regulares, o si pronto estarás caminando descalzo en una playa, prepara tus pies gradualmente. No hagas cambios bruscos en tu calzado habitual.

Problemas específicos del verano y cómo abordarlos

El verano trae consigo una serie de desafíos específicos para la salud podológica que no encontramos en otras épocas del año. El aumento de temperatura, la mayor exposición solar, el cambio en los patrones de actividad y el uso de calzado diferente pueden desencadenar problemas que requieren atención y cuidados específicos.

Hinchazón por calor

El calor estival puede causar hinchazón en los pies. Mantente hidratado bebiendo mucha agua durante el día. Beber agua no solo ayudará con la salud general, sino que también minimizará cualquier hinchazón de pies causada por el calor.

Para reducir la hinchazón:

  • Mantén la sangre fluyendo con flexiones periódicas del tobillo, movimientos de dedos de los pies y estiramientos de pantorrillas.
  • Eleva los pies cuando sea posible.
  • Usa calcetines de compresión si es necesario.

Ampollas y rozaduras

El cambio abrupto en el tipo de calzado y el aumento de la actividad física durante el verano hacen que las ampollas y rozaduras sean especialmente comunes. Las heridas punzantes, cortes, erupciones, tobillos torcidos y dedos rotos son más comunes en los meses de verano. En el verano, la gente tiende a usar zapatos más abiertos y participar en más actividades al aire libre.

Para prevenir ampollas:

  • Asegúrate de que las sandalias ajusten correctamente.
  • Elige zapatos que tengan cajas de dedos grandes (o abiertas) que no abarroten los dedos, cordones o una correa trasera para proporcionar estabilidad al pie.
  • Usa protectores de dedos o apósitos en zonas propensas a rozaduras.

Pies en la arena de la playa

Mantenimiento y limpieza del calzado de verano

El calzado de verano está expuesto a condiciones más exigentes que el de otras temporadas: mayor sudoración, contacto con arena, agua, cloro de piscinas y exposición directa al sol. Estas condiciones requieren rutinas de mantenimiento específicas para preservar tanto la higiene como la durabilidad del calzado.

Limpieza regular

  • Necesitarás dar a tus sandalias deportivas una limpieza regular con bicarbonato de sodio y agua para eliminar cualquier bacteria, hongos y olor que crezca en las suelas de goma.
  • Permite que se sequen completamente antes de guardarlas.
  • Limpia cortauñas y limas; para prevenir reinfección, reemplaza las sandalias si te estás recuperando de una infección fúngica.

Rotación del calzado

La rotación del calzado es especialmente importante en verano debido al aumento de la sudoración y la humedad. Alternar entre diferentes pares permite que cada uno se seque completamente, reduciendo el riesgo de proliferación de hongos y bacterias.

  • Rota los pares de zapatos que usas para permitir que se sequen completamente entre usos.
  • Ten al menos dos pares de sandalias para alternar.
  • Cambia calcetines regularmente, especialmente si tus pies son propensos a la sudoración.

Tratamientos y alivio para problemas comunes

Cuando los problemas podológicos ya han aparecido, es fundamental conocer las opciones de tratamiento y alivio disponibles. El verano, con su mayor actividad física y exposición a diferentes condiciones, puede exacerbar problemas existentes o crear nuevos desafíos que requieren intervención específica.

Para el dolor y la inflamación

Para el dolor y la hinchazón de pies, usa un medicamento antiinflamatorio no esteroideo (AINE) en forma tópica, como diclofenaco (Voltaren), que inhibe sustancias en el cuerpo que causan dolor e inflamación.

Masaje y relajación

Después de un día de intensa actividad estival, los pies necesitan recuperación activa. Masajear los pies ayuda a mejorar la circulación, estimular los músculos, reducir la tensión y aliviar el dolor. Puedes obtener esos efectos rodando tus pies sobre una pelota de masaje o rodillo para pies.

Baños de pies

Los baños de pies son una herramienta terapéutica especialmente valiosa durante el verano, cuando los pies están sometidos a mayor estrés y exposición. Los baños de pies con agua tibia pueden ayudar a:

  • Relajar la musculatura.
  • Mejorar la circulación.
  • Preparar la piel para la hidratación.
  • Aliviar la fatiga después de un día activo.

Cuándo consultar a un especialista

Reconocer cuándo es necesario buscar ayuda profesional es crucial para prevenir que problemas menores se conviertan en condiciones crónicas que puedan limitar tu actividad y disfrute del verano. Debes buscar atención médica profesional si:

  • El dolor persiste más de una semana.
  • Observas signos de infección (enrojecimiento, calor, supuración).
  • Tienes diabetes y notas cualquier herida o cambio en tus pies.
  • Si tienes alguna área con picazón o descamación en tus pies, verifica si hay infecciones fúngicas como el pie de atleta que puede alojarse en cualquier área dañada de tus pies.

Podólogo examinando pie infectado de hongos (Pie de Atleta)

Preguntas frecuentes sobre el cuidado de los pies en verano

¿Andar en sandalias en verano es malo para mis pies?

No necesariamente, pero depende del tipo de sandalias que elijas. Las sandalias bien hechas tendrán amortiguación adecuada que ayuda a tus pies a absorber el impacto de toda esa diversión del verano. Una suela de grosor moderado y flexible en la puntera es ideal y mantendrá a raya los espolones del talón, la fascitis plantar y otras afecciones del pie.

El problema surge con las sandalias de mala calidad. Las suelas delgadas no ofrecen soporte al arco del pie, dejando que tu fascia plantar absorba todo el impacto de cada paso que das y aumentando drásticamente tus probabilidades de desarrollar dolor en el talón, fascitis plantar, espolones del talón, tendinopatía aquílea y neuroma de Morton.

¿Existen diferencias entre hombres y mujeres en el cuidado de pies en verano?

Aunque los principios básicos del cuidado podológico son similares para ambos sexos, existen algunas consideraciones específicas.

En el caso de las mujeres, los estudios muestran una alta prevalencia de patología estructural del pie en aquellas mayores de 61 años que prefieren zapatos sin cordones, y este grupo también usaba zapatos significativamente más estrechos que sus pies. Además, existe una mayor tendencia a usar calzado con tacón, lo que requiere transición gradual a sandalias planas, y mayor exposición a infecciones fúngicas por el uso de pedicuras en centros estéticos.

Por su parte, los hombres generalmente prestan menos atención al cuidado estético, aunque tienen igual necesidad de higiene. También presentan mayor sudoración, lo que requiere especial atención a la prevención de hongos, y tienden a ignorar problemas menores que pueden agravarse con el tiempo.

¿Puedo usar chanclas todos los días en verano?

No es recomendable. Las chanclas, ya las llames "chanclas", "zoris" o "sandalias de dedo", este básico de verano es fácil para tu billetera y duro para tus pies. Las chanclas suelen estar hechas de material barato como espuma o paja, y no ofrecen soporte del arco ni amortiguación.

Incluso si las chanclas están diseñadas con todas las características esenciales del calzado para fascitis plantar y son de apoyo, el diseño de estos zapatos podría hacer que la fascitis plantar sea más probable si caminas con ellos todo el día. La necesidad de que los dedos se flexionen y agarren  para mantener la chancla puesta es uno de los principales motivos de su mala fama.

Recomendación: Usa chanclas solo para distancias cortas, en la piscina o la playa, pero no como calzado principal durante todo el día.

¿Necesito calcetines especiales para usar con sandalias?

Tradicionalmente, las sandalias se usan sin calcetines, pero existen opciones específicas que pueden mejorar el confort y la salud de tus pies:

Protectores de dedos: Están hechos con materiales sostenibles y naturales que protegen tus pies de la fricción en sandalias. Altamente recomendados con chanclas y sandalias de separación.

Calcetines tobilleros invisibles o ‘pinkies’: Para sandalias cerradas que requieren mayor sujeción.

Calcetines específicos para sandalias: Calcetines tipo tanga transpirables y suaves al tacto que protegerán tus pies cuando uses zapatos abiertos.

¿Con qué frecuencia debo hidratar mis pies en verano?

La rutina recomendada incluye una hidratación ligera por la mañana antes de ponerse las sandalias, seguida de una hidratación profunda por la noche después de lavar y secar bien los pies. También es importante rehidratar inmediatamente después de actividades acuáticas, y en caso de sequedad extrema, aplicar una dosis adicional a mediodía.

¿Es normal que mis pies suden más en verano con sandalias?

Aunque las sandalias permiten mejor ventilación que los zapatos cerrados, pueden causar sudoración localizada en las zonas de contacto. Esto es normal, pero requiere atención.

Las causas principales incluyen el contacto directo con materiales sintéticos, la fricción con las correas y la exposición al calor directo del suelo. Para solucionarlo, es recomendable elegir sandalias con materiales transpirables, usar polvos antifúngicos preventivos, mantener una higiene estricta y cambiar de sandalias durante el día si es posible.

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